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Una vez recibí la visita preocupada de la mamá de mi paciente Verónica de 20 años. Le había recomendado a mi paciente hacer ayuno intermitente y Vilma (su madre) no estaba de acuerdo.
Había muchos miedos en su cabeza, como que “su organismo se podría descontrolar” o esto iba a causarle desórdenes alimenticios por comer menos. Y aunque mi paciente Verónica ya había conversado conmigo sobre este tema, le expliqué por qué me asustaba realmente el estilo de vida de Verónica, basado principalmente en comida chatarra:
- Más de 4 millones de personas al año mueren a causa complicaciones relacionadas con el sobrepeso, de acuerdo con la OMS.
- Actualmente existen 38 millones de niños con sobrepeso.
- La cantidad de personas con obesidad en el mundo se ha triplicado en los últimos 50 años y esta enfermedad está causando más muertes que la desnutrición.
Calma, no quiero ser fatalista. Verónica tenía sobrepeso, pero no había alcanzado aún la obesidad. Sin embargo, en la prevención está la clave para evitar que llegue a ese punto y garantizarle una vida plena, larga y saludable. Entonces comencé por el principio: